lunes, 7 de noviembre de 2016

Escuchar con la mirada




No sé cómo empezar el post, quiero escribir tantas cosas que no soy capaz de encontrar un hilo conductor para juntar todo en uno sólo. Últimamente tengo la sensación de que no paro de hacer cosas, ya sean de la investigación, del máster o de las clases particulares, pero como no tengo casi tiempo entre unas y otras voy acelerada y no le saco tanto partido a como lo hacía el año pasado.

También porque este año le estoy dando más importancia al máster y a la investigación. Con a investigación me cuesta más estar al día porque tengo muchísimas tareas por hacer, pero como me lo tomo como una recompensa del día anterior lo disfruto más, cuando tengo tiempo de dedicarle tiempo. 

En parte porque ahora estoy empezando a comprender lo que implica, su complejidad y posibles actuaciones, más allá de lo que se hace actualmente, o al menos lo que he leído que se hace. Pero gran parte es porque estoy empezando a tomarme en serio, o ser más consciente, de aquello en lo que quiero convertirme y, lo más importante, en lo que no. 

Los miércoles y los jueves, además de tener pocas clases del máster, son los días de la semana que más me gustan: primero porque tengo clases con mi niña y segundo porque empiezo a dar sentido, a construir y a elaborar mis propios apuntes, mentales, estableciendo relaciones entre las asignaturas que he dado o estoy dando y en la importancia que esas relaciones tienen para mi futuro profesional.

Hay veces, cuando me acuerdo o cuando tengo tiempo en clase, escribo con qué se relaciona o que implicaciones puede tener en mi futuro un concepto o un proceso concreto, es decir, aspectos que debería y querría tener en cuenta a la hora de dar clase y que en algunas ocasiones hago sin ser consciente de que las hago. 

Pero hay otras veces que no lo hago y se forma una especie de nube que se mantiene durante un tiempo y, en el mejor de los casos, termina despejándose esas dudas o esa falta de conexiones. O en el peor de los casos ni establezco conexiones directamente, por lo que de nada me sirve, al menos a largo plazo.

La causa principal de esa ausencia de conexiones es la motivación en mi caso, aunque también es la funcionalidad que veo a eso que aprendo. 

Esta mañana, transcribiendo unas entrevistas,  cuando me equivocaba y utilizaba el corrector, me ponía nerviosa por el hecho de ver cómo se movía e incluso escuchaba el ruido que hacía al moverse. Era imposible que lo escuchara porque estaba con los cascos puestos pero era capaz de escucharlo. Aún sabiendo que no lo podía escuchar, podía escucharlo como si no tuviera los cascos puestos. 

El sábado, leyendo un resumen del módulo I de ADP, me di cuenta de varias cosas. El texto estaba escrito de tal manera que te hacía reflexionar sobre aspectos que normalmente no se aprenden por medio de una definición, o al menos en mi caso es más fácil de aprenderlos en la práctica que por medio de una definición y siempre los he relacionado con una experiencia previa que tuviera o en su defecto en un caso práctico.

El caso es que mientras lo leía, me tomaba mis tiempos a la hora de entender ciertos conceptos o conexiones porque para mí no eran tan fáciles de conectar o no eran tan obvias dichas relaciones. Por el contrario establecía otras conexiones que no se concretaban en el texto y por tanto me resultaba un tanto inciertas por el hecho de no estar presentes en el texto, aunque eso no implicara necesariamente que esas relaciones no sean válidas.

No sé si por el hecho de ser un tema que tengo asumido o creo entender desde mi propia perspectiva, pero me llamó la atención el hecho de aquello que leía tenía sentido o no en función de mi experiencia como profesora, como alumna y de mi formación tanto del grado, como del máster y de mi formación trasversal.

Quiero decir, para mí, ese texto implica, conlleva y significa ciertas concepciones con las que puedo o no estar de acuerdo pero están ahí. Para mí no existe una manera de aprender correcta porque se encuentran contextualizadas en  un momento determinado y con un objetivo concreto. De la misma manera que no hay técnicas puras de aprender, unas se influyen, se conectan, se vinculan con otras en función de lo que entiendas que son. 

En la carrera una profesora me dijo que enseñamos como nos han enseñado a nosotros, es decir, repitiendo el mismo patrón, pero yo creo que no del todo. Tengo claro que el hecho de tener un profesor que te guste como da clase repercuta en el hecho de querer ser como él profesionalmente y como alguien que consideres que es un mal profesor, pero eso no implica que vayas a ser como ese profesor al que te quieres parecer. Facilita y condiciona un tipo de profesor, una manera de entender la educación y la relación entre profesor y alumno pero no implica necesariamente que te conviertas en ese profesor.

Si fuera tan fácil, no existiría la docencia. Lo que le funciona a uno ni implica que le funcione a otro. De igual forma que cada uno aprendemos de manera diferente, cada profesor enseña a su manera. De hecho, para mí no se pueden dar el uno sin el otro. 

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