martes, 1 de noviembre de 2016

Pensar, sentir y actuar


Una de las asignaturas que más me ha sorprendido este año ha sido Psicología Social, en parte porque ha sido una de las pocas que he podido elegir y por otra parte porque es un limitada. De las 11 asignaturas del máster sólo he podido elegir dos optativas. 

Suelo salir muy confusa de esas sesiones porque se dan por hecho muchos aspectos que para mí no lo son tanto. Creo que hay una tendencia a generalizar conductas, comportamientos, sentimientos y pensamientos en ciertas culturas. Por ejemplo, asumir que los estadounidenses son más individualistas que los musulmanes por el hecho de haber nacido en una cultura determinada personalmente considero que es demasiado asumir.

Hace un par de semanas que dimos esos aspectos de cómo influye la cultura en la mente y la conducta humana, y precisamente este jueves tengo la exposición sobre ese tema. Me llama a atención que en el capítulo que leí tiene más importancia lo socialmente estipulado y esperado que la parte individual. 

Está claro que una persona no puede desarrollarse de manera aislada y necesita un contexto social y cultural en el interactuar y relacionarse, pero sin perder su identidad. Creo que no llego  entender lo que la identidad de una persona pero para mí implica el conjunto de experiencias y situaciones que le han convertido en la persona que es y no es un proceso que termine sino que se va dando sentido a sí mismo conforme pasa el tiempo. 

Entiendo que una persona no depende de una cultura exclusivamente para ser lo que es. Eso supone que las culturas son estáticas, que todos los miembros que pertenecen a una cultura son iguales. No solo dentro de una cultura, sino dentro de un país, dentro de una cuidad, dentro de un barrio o dentro de una familia. 

Personalmente considero que la cultura es una influencia para el desarrollo personal pero no la única. Dos personas pueden pensar/sentir/actuar igual y pertenecer a culturas diferentes.

Incluso una persona puede experimentar cambios en su actitud a la hora de abordar un problema a lo largo de su vida estando en una misma cultura. Hay ciertos rasgos que pueden ser culturales, y eso es muy debatible,  pero la gran mayoría son debidos a las experiencias que tenga cada persona, el sentido que cada una les dé, cómo sea capaz de gestionarlo, procesarlo y asimilarlo.

Quiero pensar que tengo capacidad de dar sentido a mi propia vida, a mis experiencias,  a mis  pensamientos,  a mi conducta y a mis emociones, pero no sé si tiene sentido que me encuentre sometida  mi cultura porque hay ciertos aspectos con los que no me siento identificada, bien porque les doy un sentido propio, a veces diferente al socialmente acordado o bien porque ni siquiera me planteo ciertas cuestiones porque son costumbres y acciones muy arraigadas. 

Indudablemente, la cultura influye pero no determina el desarrollo personal, profesional, social, emocional y evolutivo de una persona. O quiero pensar que no es así. 




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