La semana pasada fue un tanto extraña, sobre todo porque no hice nada de lo que tenía pensado hacer. Y eso que lo tenía todo pensado y organizado. Si hubiese sido otro motivo el que me hubiera hecho cambiar mis planes posiblemente me lo hubiese tomado de otra manera, pero lo cierto es que no me molestó tanto.
Este verano ha sido muy muy muy largo, algo que sin duda me ha venido muy bien a nivel personal y a nivel profesional a la hora de asimilar el tránsito desde que terminé la carrera hasta el martes pasado que empezaba el máster (en realidad empezó el lunes, pero no pude ir). Y el martes tampoco fui lo que me descuadró el resto de la semana.
No me gusta este primer cuatrimestre porque tengo 7 asignaturas y las clases particulares por las tardes. Aunque eso de no tener que ir los viernes, no está mal. Pero aun así son muchos temas de los que estar pendiente y, aunque en parte es lo que deseaba, a nivel físico no me viene muy bien pasar tantas horas con el ordenador.
De los 7 días de la semana, el lunes pude dedicarle un tiempo a dar sentido a las asignaturas antes de empezar, algo que siempre me estimula a intentar descubrir lo que voy a aprender en cada asignatura pero que muy pocas veces se relaciona con la realidad porque siempre afectan otros factores que inicialmente no tuve en cuenta.
Con las asignaturas me pasa lo mismo que con los libros: dependiendo del título me hacen más o menos gracia y eso tiene consecuencias en mi manera de afrontar la asignatura y limitarme a la hora de aprender o sacar partido a esa asignatura.
Pero ayer me encontré en una situación extraña: una asignatura se llamaba de diferente manera en función de la especialidad de los alumnos. No lo entiendo. Primero porque yo entiendo de manera diferente la asignatura con un nombre que con otro. Segundo porque creo que puede llevar a confusión a la hora de dar sentido a la asignatura. Pero claro, eso siempre ocurre independientemente del título que tenga la asignatura.
Gran parte de los planteamientos iniciales que tenemos a la hora de enfrentarnos a una situación similar está influenciado por nuestra experiencia previa, ya sea directa o indirectamente. Por ejemplo, cuando empecé la carrera tenía un compañero del instituto que me dijo quienes iban a ser mis profesores y su manera de evaluar (algo que en ese momento era lo principal) y eso me hizo anticiparme a lo que pudiera ocurrir, aunque esa experiencia no fuese mía. Y en el máster, como no sabía de nadie, no contaba con esa información específica de las asignaturas pero sí de la manera de trabajar de alguno de mis profesores (algo que ahora mismo es primordial), aunque también me ha condicionado elegir este máster los profesores que iba a tener (y los que no).
Posiblemente, si ahora estuviese en una clase de PDD no le daría el mismo sentido que cuando la cursé por primera vez. Y lo cierto es que para mí, en ese momento, tenía sentido las inferencias que hice y las argumentaciones que utilizaba pero creo que lo entiendo de manera muy diferente a como lo hice en su momento, principalmente porque pensaba que aquello que aprendí solo tenía sentido para mí si lo podía aplicar en un aula de Primaria.
La semana pasada, en las clases particulares con mi niña, me alegró mucho dar clase de matemáticas. No suelo darle clases de matemáticas porque es una asignatura que le gusta, pero cuando puedo hacerlo disfruto mucho de esas clases. Además, la semejanza de triángulos era uno de los contenidos básicos de una asignatura de la carrera que jamás había utilizado como docente y me gustó esa sensación de poder aplicar lo que aprendí en su momento (y esta vez sí que no lo había aplicado en otro contexto diferente al académico y/o profesional).
Cuando estábamos haciendo los ejercicios, pese a tener la teoría escrita en el cuaderno, no era capaz de aplicarlo en los casos prácticos. Así que empezamos al revés: a partir de los ejercicios entendimos la teoría. Algo que fue mucho más fácil de comprender y dar sentido, al menos para ella sí que lo fue.
De hecho siempre tengo la manía de hacer preguntas que no están explícitamente en los ejercicios porque van más allá de de los objetivos específicos que se plantean, aunque creo que es la gran ventaja que tienen las matemáticas y te ayudan a profundizar. En el caso de la semana pasada, había varios apartados de un ejercicio que no le había mandado y cuando terminamos los que tenía que hacer le pregunté por qué la profesora no le había mandado los otros, a lo que me contestó que era porque los otros no eran semejantes.
Aunque este cuatrimestre no tenga tiempo, tendría mucho menos si me hubieran concedido la beca de investigación. Al principio me sentó mal por dos motivos: yo misma me había hecho ilusiones pero no caí en el número de beca que ofertaban y porque nunca he considerado importante el expediente académico, hasta ese momento. Quizá sea porque durante el instituto no me consideraron ni consideré (en consecuencia) buena estudiante y porque no pienso que tener más nota te haga mejor o peor que otro. Pero bueno, sea como sea, el resultado es el que es y tiempo tendré de seguir con la investigación.
Además, las primeras impresiones, inferencias e interpretaciones, por suerte o por desgracia, no duran demasiado. El hecho de que sean "buenas" o "malas" solo dependen de los ojos de quien las vea.
Hola
ResponderEliminarPues espero que esa preciosa foto final no tenga que ver con tus expectativas o inferencias iniciales ;) ja...
Excelente ejemplo el que pones con tus clases de Matemáticas, de construir la teoría desde la práctica. Espero que podamos ponerlo en práctica en las asignaturas en las que coincidamos. Y buen ejemplo de abducción batesoniana, por cierto.... A ver si también podemos aplicar eso...
Espero que tengamos tiempo de ir más allá de lo que ya está más o menos pensado o preestablecido... y preguntar por cosas en las que no habíamos caído inicialmente.
Un saludo
Alejandro
Hola,
ResponderEliminarEn cuanto a la foto, no recordaba haberla hecho cuando la he visto después de casi dos meses pero es una especie de planta trepadora que me encantó en cuanto la vi en el Jardín de Cactus en Lanzarote. Lo que no recuerdo es si era un cactus o no.
He tenido que buscar "abducción batesoniana" porque no sabía a lo que te referías pero creo que es algo que suelo utilizar cuando explico matemáticas, o al menos lo intento, porque para mí es una manera más fácil de entenderlas.
Gracias por comentar.
:)