viernes, 1 de diciembre de 2017

Madurez

La semana pasada en clase, hubo un detalle que me llamó la atención. Sobre todo teniendo en cuenta que en las últimas semanas estoy desarrollando cierta sensiblidad y atención a notar ese tema desde que estoy leyendo sobre ello.

Bueno, leer leer... No leo mucho más que los títulos de los artículos o tesis que estoy buscando para tener más información sobre subtemas que entiendo que forman parte de mi tema. Lo que me da que pensar acerca de cuál es el tema que quiero trabajar porque hay varios que me interesa trabajar, sobre todo teniendo partiendo de las experiencias en las clases particulares (desde un punto de vista diferente al de profesora y alumna), en las prácticas (donde adopté un rol entre profesora y ayudante) y en mi propia experiencia como alumna.

Justamente por este último rol, y por el hecho de ver las experiencias que viví como alumna en cada uno de los niveles educativos en los que he estado desde distintas perspectivas, me hace darme cuenta de cómo se vive la experiencia desde ese punto de vista, diferente a las demás. Son diferentes entre sí, pero quizá el rol de alumna es el que más me llame la atención por cómo percibo que viven el contexto educativo en general y la relación con los profesores en particular.

Para mí, no tiene mucho sentido analizar la situación dentro del aula fijándose únicamente en los profesores o en los alumnos. Al menos en la muestra de artículos que tengo sobre temas como la motivación, el comprimiso, la depresión, el uso del móvil, la influencia de los estilos de apego tanto de padres y madres como de profesores y como de alumnos, la ansiedad, el quemarse en la escuela... generalmente se centran en uno de los participantes activos del aula (para mí los alumnos y los profesores). Activos no implica que participen sino que están presentes en un aula diariamente.

Relacionado con esto, hace unas cuantas semanas, escuchando la radio en el coche, oí una noticia sobre un nuevo término, al menos no sabía que tenía nombre, el presentismo laboral.

Es curioso porque los investigadores lo definían como la acción de ir a trabajar de manera presencial pero sin realizar todo el tiempo que estaban allí las funciones que debían cumplir. De hecho ponían el ejemplo de utilizar el wifi de la empresa para estar en las redes sociales o jugar a juegos de internet.

Reconozco que la foto que inicia el post es un ejemplo de presentismo laboral. No fue sólo una foto, sino más de las que voy a reconocer.  Este asunto, el del presentismo laboral, daría para un post de por sí.

El caso es que la semana pasada tenía clase para repasar el examen del día siguiente. El tema era de las operaciones con potencias y logaritmos. Con lo cual ibamos a repasar por medio de ejercicios. Mi idea era hacerlos primero individualmente y luego comparar los resultados y los procesos.

Pero hubo un cambio de planes porque uno de los aspectos que estoy trabajando con él de manera transversal son técnicas de estudio y organización a la hora de estudiar. No está acostumbrado a estudiar sólo y eso le dificulta a la hora de ponerse. Por lo tanto, la madre me propuso que hiciera los resúmenes, algo que normalmente hacemos los dos leyendo, entendiendo y explicando con nuestras palabras lo que hemos leído. Normalmente no hubiese accedido pero pensé que era una buena oportunidad de que él repasara sólo para el examen de matemáticas mientras yo resumía la parte del examen de ética.

Así que decidimos trabajar así hasta que terminara de subrayar. Pero cuando llevábamos una hora, serían sobre las 17:30 o 18:00 me dijo que le habían dicho sus amigos que el examen de Robótica era el día siguiente. A lo que le respondí que él me había dicho que era el lunes siguiente. Pero "han debido de cambiarlo". Suerte también que se enteró que tenía examen antes de ir a clase, al menos tenía tiempo de estudiar. De momento dejé estarlo hasta que terminamos la clase.

Después de terminar de subrayar y de que él se estudiara la parte de Robótica, estuvimos repasando el examen de ética. Y aquí tuvo lugar el comentario que hizo y que me dio que pensar.

La parte que están trabajando en ética son los inicios de la filosofía y estuvimos reflexionando sobre porqué pensaban como pensaban y el sentido que ha tenido para la humanidad  a lo largo de los años focalizarse en la epistemología y cómo a partir de ahí comienzan a surgir las diferencias entre las religiones, las políticas, las culturas, las sociedades...

No recuerdo porqué le surgió el comentario porque el hecho de que seamos los dos muy divergentes hace que no me acuerde de los motivos por los que salen los temas.  Pero me dijo que la asignatura de ética es muy importante porque te permite pensar y entender lo que ocurre y que no se da antes, en secundaria, porque los niños no tienen la madurez como para entenderlo.

Me encantó la reflexión que hizo, pero luego pensé en lo que había pasado en los momentos previos a esa conversación y me cuestioné qué significaba para él la madurez. Y si realmente se necesita cierto grado de madurez, supongo que intelectual, para llegar a comprender los contenidos de la asignatura. Cuentinándome también si realmente esos contenidos son popios de la asignatura de ética y filosofía o deberían ser transversales a todas las asignaturas independientemente del nivel educativo.

De hecho teniendo en cuenta el tipo de reflexiones y análisis, no sólo de este comentario en particular sino en todos los que he escuchado y escucharé en las clases, desde los distintos puntos de vista que explicité antes, me ha dado que pensar en cuanto a cómo enfocar la tesis, como uno de los posibles objetivos a conseguir.

Sigo dándole vueltas al asunto y de hecho tengo pensado en venderles el tema a  los chicos que doy clase y que ellos mismos me digan si les gustaría trabajarlo y lo más importante, si tienen sentido para ellos lo que tiene sentido para mí.



viernes, 17 de noviembre de 2017

No sé qué te estaba contando...

Últimamente, tengo la sensación de no escribir todo lo quisiera y que me escudo en no tener tiempo para hacerlo o en gestionarme los tiempos que tengo de manera diferente a como lo hacía antes. No es ni bueno ni malo, sino diferente. Pero justamente esa diferencia me hace valorar más poder tomarme mi tiempo y mi espacio para escribir. 


En los últimos meses, me propusieron dar clases particulares a un chico de 4º de ESO y a un grupo de matemáticas del Grado de Magisterio de Educación Primaria. Disfruto mucho de las clases particulares, sobre todo porque me permite, y me permito, relacionarme de una manera distinta con los alumnos en comparación con la figura del profesor. Es un contexto más informal, más cercano y más personal e individualizado en el que se establece un tipo de relación diferente a la que se puede establecer teniendo grupos de alumnos.

Las clases particulares con el chico de 4º de ESO están siendo muy estimulantes para mí, sobre todo porque era un alumno de la clase en la que hice mis primeras prácticas de la carrera. Cuando le conocí, estaba en 6º de Primaria y no le había vuelto a ver desde entonces. Es muy curioso notar el cambio paralelo que hemos ido teniendo los dos a lo largo de los años. A varios niveles y en un contexto diferente, aunque en mis prácticas siempre intenté tomar una perspectiva diferente a la del profesor, o a lo que para mí era ser un profesor. 

El grupo de matemáticas al principio era una persona, luego eran 4 y finalmente son 2. Aunque creo que eso cambiará en las próximas semanas, en la mayoría de las clases han seguido viniendo dos personas. No lo considero un grupo  en sí, sobre todo porque son pocos, y porque estoy en proceso de generar el sentimiento de grupo. El contenido de las sesiones es de, de momento, una asignatura de matemáticas del Grado de Magisterio de Primaria, en el que yo fui alumna y llevo cerca de 4 años dando clases particulares a compañeros sobre cómo resolver los ejercicios. Centrándome principalmente en las operaciones en sí y dejando de lado la explicación escrita que debe acompañar a dichas operaciones. 

Así que he decidido dedicar tiempo a que practiquemos eso. Se me ocurrió una manera poniendo los exámenes de años anteriores pero introduciendo una variable: el examen lo hacíamos los 3 juntos. No hay límites de hojas, no se solucionan dudas durante el examen y hay un tiempo limitado para hacerlo. Como si fuera un examen real, pero sin serlo. 

El resultado para mí fue muy positivo. Me daba, y me da, igual la nota que tengas porque eso dependerá del criterio que tenga quien corrija y de otros factores. Además, la manera de corregir estaba más centrada en la explicación que en las operaciones. Cuando realizas las operaciones, cuando resuelves un problema matemático, llevas a cabo un proceso de organización de la información, de procesamiento de la misma y de resolución aplicando las operaciones oportunas que no es visible. Pero el hecho de que no lo sea, no implica que no exista y justamente ese hecho dificulta que no se atienda a ese proceso y que resulte complicado explicitar escribiendo el proceso en sí. No puedes resolver un problema si no llevas a cabo varios procesos simultáneos. 

Lo gracioso del asunto es que en las clases no te ayudan ni te enseñan a explicitar ese proceso de reorganizar los pasos que sigo y a redactarlos. Pero creo que muchos de los problemas con las asignaturas similares a estas, tienen su origen en atender a este tipo de procesos, mucho más sutiles, volátiles y complejos que las operaciones en sí. Sobre todo porque un problema plantea varios problemas y tan importante es la solución como el proceso que te lleva a esa solución, No hay solución sin proceso de resolución. 

En el primer examen que hicimos conjuntamente, surgieron varias cuestiones interesantes para mí que tienen que ver con las estrategias de resolver los problemas. Los ejercicios eran muy similares a los que habíamos hecho en las sesiones previas pero con la variación de tener que incluir las explicaciones. El hecho de que yo no tuviera ni idea de la solución y de que estuviéramos en la misma situación generó cierto descoloque en ellos. Aun así salieron sentimientos de frustración al no saber solucionar el ejercicio, bien porque no lo entendían o porque no sabían continuar. Cuando nos pusimos a corregir, cada uno de ellos explicó lo que había hecho y cómo lo había hecho, pregunté si comprendían el proceso de resolución de cada uno y después les expliqué cómo lo había hecho yo.

Una de las cuestiones más interesantes que salieron era que les resultaba complicado escribir lo que iban haciendo, ya sea expresándolo paso por paso o describiendo lo que habían hecho antes o después de hacerlo. Justamente por eso decidí incluir este tipo de examen, sobre todo porque a la hora de explicar y la manera en la que se hace guarda mucha relación con la resolución numérica. Escribir este tipo de procesos no es fácil porque son razonamientos que solemos tener muy automatizados y no nos paramos a pensar demasiado en el proceso. Pero entiendo que es un proceso básico para un profesor, al menos es muy importante en mi formación y desempeño. 

Precisamente, las sesiones de matemáticas son las únicas que he mantenido esta semana porque ha sido la primera semana de doctorado, espero que de muchas, a la que he asistido. Eso me ha hecho no poder tener las clases particulares de las tardes de manera presencial. Sin embargo, me ha permitido dedicar tiempo a pensar sobre la tesis. 

El tener las clases particulares no me quita tiempo para dedicarme a la tesis, pero sí que es cierto que en las semanas "normales" los tiempos que tengo son más reducidos y el momento en el que estoy hace que no tenga clara la dirección que quiero seguir. También tengo una escasa formación en metodología y en los distintos tipos de investigación, pero esta semana me ayudó a resolver algunas dudas que tenía.

La semana ha sido intensa por muchos motivos pero el principal ha sido el descoloque inicial. Sobre todo porque se hablan de conceptos diferentes, intuyo que son diferentes pero no sé en qué, algo que irá cobrando mayor sentido conforme avancen las semanas pero me sentí muy perdida. 

Me resultó muy desafiante la experiencia porque me voy con muchas dudas y con muchas ideas de lo que escuché, de lo que vi, de lo que no hablé... Es curioso porque me resultaban muy interesantes ciertas cuestiones pero cuando escuchaba los comentarios, prefería no decir nada por la diferencia  entre el tipo de comentarios que hacían y lo que yo quería compartir. 

Procesos continuos y continuos procesos.



domingo, 8 de octubre de 2017

Diferencias

¡Qué pesadita estás con el tema!

¿Con cuál en concreto?

Es verdad. Me olvidaba de que últimamente tienes más de un tema para escribir en el blog.

¿De las clases?

Bueno, vale. Dos temas.

De burnout no hablé mucho.

¿De qué?

Ves.

Ah... Lo de quemarse no, pero tiene que ver con eso. 

Tiene que ver con eso... Mmm... 

Y con lo que acabas de hacer.

¿Qué tiene que ver la encuesta semanal con eso?

Joder, después de tres semanas de curso, ya era hora que le mandaras la encuesta ¿no?

Esperé el tiempo que consideré oportuno para hacerlo. 

¿Como cuando hiciste la primera encuesta?

Algo parecido. Se me ocurrió hacerla porque leí un post sobre alguien que lo hacía con un fin específico. Y decidí probar y como a las dos nos gustó decidí continuar.

Vamos, que si no le hubiese hecho gracia la idea, no hubieses seguido.


No. ¿Qué sentido tendría hacer la encuesta? Hay muchas propuestas que se quedaron como propuestas y no continuaron, fueran por los motivos que fueran. De hecho, recuerdo que en unas semanas se me olvidó enviarle la encuesta y me dijo que si no lo íbamos a volver a hacer. Ese es uno de los motivos por los que seguimos utilizándola. 

¿Sigues sin saber de qué va el tema?

¿Te crees que no lo sabía desde un principio?

No te hagas la lista que al principio no sabías de qué iba el tema.

Que no supiera cómo empezar el post no quiere decir que no supiera el tema en cuestión. De hecho si escribo en el blog es porque atiendo a las diferencias.

¿A cuáles?

¿Qué es una diferencia?

Tú sabrás, a mí no me metas. Tú eres la que escribes.

¿Un cambio provoca una diferencia o una diferencia provoca un cambio?

¿Qué fue antes: el huevo o la gallina?

Eso tiene explicación científica, pero no recuerdo cuál.

Es curioso, porque tu pregunta también tiene una explicación pero no sabes cuál es.

Si hay algo diferente es porque se ha producido un cambio. 

O se ha producido un cambio porque hay una diferencia.

Es lo mismo.

¿Segura?

Depende de lo que cada uno entienda por diferencia.

Y por cambio.

Vamos a ver... Si algo ha cambiado, es porque eres capaz de identificar un cambio, sea del tipo que sea, y eso hace que haya una diferencia entre lo que había antes, durante y después.

Entonces ahí hay varios cambios. 

No tiene por qué.

Claro que sí.

Claro que no. ¿Te acuerdas de la sesión de "Do the opposite" de PDD?

Como para olvidarme, te estuviste riendo cada vez que puso el vídeo. 

Eso no es lo importante, y me sirve de ejemplo también. ¿Qué aprendiste?

Que por más que supieras lo que iba a pasar, te ibas a reír igualmente.

A parte.

Que hacer cosas diferentes no implica un cambio.

No... Espera... No es del todo, pero no vas mal encaminado.

Joder, el hombre hacía cosas diferentes, contrarias a las que hacía normalmente, para cambiar.

¿Y qué quería cambiar realmente?

Tanta memoria no tienes. Pero realmente no estaba atendiendo a lo que deseaba cambiar en sí, sino a hacer cosas diferentes haciendo lo opuesto a lo habitual. Aunque hacer lo opuesto no le hacía generar el cambio que deseaba.

Igual debería volver a ver el fragmento, porque no recuerdo los detalles exactamente. 

¿Cómo puedes cambiar algo, queriendo cambiarlo, sino sabes el cambio que quieres generar, hacia dónde quieres apuntar, hacia dónde quieres llegar? ¿Cómo puedes evaluar un cambio o saber qué tipo de cambio necesitas? ¿Puedes evaluar un cambio sin que se haya producido?



miércoles, 4 de octubre de 2017

Una "buena" clase

Cuando empecé la carrera, recuerdo un día que me llamó la atención. Fue una situación extraña para mí porque era la primera vez que veía como un profesor esperaba para entrar en una clase que impartía él, pero que no podía entrar porque estaba ocupada. Estaba sentado en un banco del pasillo y recuerdo que entré muy decidida al pasillo hasta que le vi. Era la primera vez que yo llegaba antes de lo habitual, ahora no recuerdo el motivo, porque siempre que iba a la clase de ese profesor, él ya estaba dentro.

Además estaba sóla y decidí sentarme lo más lejano posible de él. Me parecía mal irme cuando ya me había visto y no recuerdo si hablamos pero sí de la situación en sí y de cómo me sentí en ese momento.

Es curioso cuando ves a un profesor fuera del contexto en el que normalmente está y cómo puede afectar esa diferencia de lugar al tipo de conversación o ausencia de ella. Y es más curioso cuando tú misma te conviertes en profesora. La sorpresa que te llevas cuando ves a un profesor fuera del contexto de aula o de centro no se vive de la misma manera siendo alumna que siendo profesora. Al menos para mí hay diferencias al respecto.

La semana pasada leí un post del profesor que me encontré en el pasillo hace años en el que reflexionaba acerca de las diferencias en cuanto al disfrute de las clases y a la facilidad o dificultad de adaptarse a los contenidos en función del número de alumnos que tenían en las clases, tanto él como sus compañeros de trabajo, y la manera que él tenía de atender a los procesos de aprendizaje y no tanto al contenido en sí. También me comentó él a nivel personal que las clases que había tenido hasta el momento habían sido "buenas".

Llevo un tiempo pensando precisamente acerca de eso: ¿qué significa para mí una "buena" clase? ¿Tiene que ver con el grupo? ¿Tiene que ver conmigo? ¿Tiene que ver con lo que haya pasado antes? ¿Tiene que ver con lo que vaya a pasar después? ¿Tiene que ver con lo que ha pasado durante la clase?¿Tiene que ver con que me guste lo que hago? ¿Tiene que ver con que disfrutemos de las clases? ¿Tiene que ver con el tipo de dinámicas que hacemos? ¿Tiene que ver con el lugar donde damos las clases? ¿Tiene que ver el sentido que le demos a lo que hacemos? ¿Tiene que ver con la predisposición que tengamos a la hora de realizar la clase? ¿Qué tiene que tener una clase para ser "buena"?

En mis clases, generalmente no me centro en el contenido en sí porque en la mayoría de los casos no tengo ni idea de los contenidos que vamos a trabajar. Algo que sería relativamente fácil de descubrir por mi parte si viera los índices de los libros que utilizan mis alumnos en clase o actividades que plantean los profesores de mis alumnos. Pero no es algo que me importe en exceso, aunque según qué contenidos tengo que trabajarlos previamente para comprenderlos, pero para eso tengo que saber cuáles son.

Lo cierto es que no me preocupa demasiado no saberlos porque aprovecho esas oportunidades para que los alumnos me lo expliquen. Ese momento me encanta porque si la profesora no lo sabe comienzan los problemas. Si la profesora no lo sabe, difícilmente lo va a saber el alumno (o eso se piensa el alumno). Pero hay veces que miento  diciendo que no sé algo cuando realmente lo sé porque justamente quiero que ellos sepan que si no lo sabe la profesora no tiene nada que ver con que no lo sepan ellos, que tienen estrategias para poder aprender sin necesidad del profesor y que yo también aprendo con ellos y de ellos.

En el curso de verano, hice una dinámica que consistió en que en un grupo de 8 repartí varios papeles que debían ordenar para formar una historia. Esas eran las indicaciones que tenían: rellenar los huecos con las palabras que tenían y colocar la historia. Disfruté mucho la experiencia no sólo por lo que hicieron sino por cómo lo hicieron. La historia no era más que una excusa para que utilizasen no sólo las estrategias individuales, sino que debían compartirlas, dar un sentido conjunto a todas las tarjetas que tenían y reconstruir una historia entre todos.

Sigo dándole vueltas a lo que implica para mí una buena clase... Sobre todo porque si algo se considera como bueno es porque tiene previamente una idea de cómo sería una clase ideal y porque la comparas con otras clases que has tenido en una especie de línea graduada y secuenciada en la que los extremos se encuentran la "buena" clase y la "mala" clase. En función de las experiencias que vayas teniendo la línea variará y según la relación que tengas con la propia línea, el sentido que le des o el significado que tenga para ti organizar de esa manera las experiencias también cambiará.

O puede que ni siquiera evalúes las clases.

O sí las evalúes pero no de esa manera, sino más bien como una construcción propia que se encuentra influenciada por cómo estés tú en relación a ese día, qué estrategias tengas a la hora de afrontar las situaciones disruptivas, qué información seas capaz de atender o quieras atender, o estés dispuesta a atender, cuál sea tu capacidad de adaptarte o no a esas situaciones, qué quieras lograr en la clase y qué quieran los alumnos de esa clase, las expectativas... No es algo que dependa exclusivamente de mí, del profesor.

Dentro de una hora, tengo clase y no tengo ni idea de lo que vamos a hacer. No sé si será buena, mala, regular, mejorable, empeorable...



sábado, 23 de septiembre de 2017

Gestionando la gestión del tiempo

Hace tiempo que quiero escribir sobre el tema que llevamos investigando 3 años como parte de mi formación transversal. Comenzamos en el 2014-2015 y en los cursos sucesivos ha ido cobrando mayor interés e importancia dentro de mi propio desempeño profesional.

Es cierto que en un principio no me gustó el tema porque lo entendía como el aspecto negativo de ser profesora o las consecuencias negativas que podría tener la profesión. Además, las lecturas eran en inglés con lo que el tiempo que tenía que destinar a eso era mayor. De hecho, leí tres lecturas básicas y con eso me fui defendiendo el primer año de beca.

Este primer año lo recuerdo muy difuso porque apenas tenía tiempo para dedicarle estando en la universidad la mayor parte del tiempo en 3º de carrera y combinándolo con las clases particulares. No lo prioricé demasiado porque sentía que en ese momento debía priorizar otras cosas más importantes.

El año siguiente aproveché mejor el tiempo que tenía, sobre todo porque las clases de la universidad terminaron en diciembre y tenía el resto del curso por delante para destinarlo a las prácticas y el trabajo que ese periodo me obligaba, a seguir leyendo sobre el tema y continuar con las clases particulares.

Además, ese año fue importante porque terminaba la carrera y mi TFG consistía en  una revisión teórica de lo que había estado leyendo y haciendo esos meses. Hacer hacer, no hice mucho en los dos primeros años, más allá de entrevistas que luego analizába(mos) buscando los temas que aparecían. 

Desde la primera entrevista, hace como 3 años, a la última, hace unos meses, el guion de las preguntas que hicimos inicialmente no ha variado demasiado. Se han ido añadiendo algunas dependiendo de lo que haya dado de sí la entrevista, pero no es lo que más ha cambiado. En las primeras entrevistas, dependía de las preguntas y me limitaba a leerlas. El motivo principal era que estaba entrevistando a profesores míos y seguía teniendo una concepción tradicional de los roles de profesor y alumno, recuerdo que me costaba hacer ciertas preguntas que van más allá de la labor de los docentes dentro de una clase porque yo seguía asumiendo mi rol de alumna. Me resultaba interesante lo que me comentaban en la entrevista porque lo iba conectando con lo que leía e incluso hacía inferencias nuevas, pero no llegaba a disfrutarlas ni indagar lo suficiente acerca de los temas que iban surgiendo.

Creo que me pasaba por miedo a no tratar todos los temas. Prefería trabajarlos superficialmente a dejar alguno. Además las entrevistas no eran al azar, por lo que los profesores tenían cierta predisposición a hablar sobre el tema, o al menos deberían. Y eso me ayudaba o no en función de lo que quisieran hablar e implicare en la entrevista, es decir, en el significado que tenía para ellos destinar un tiempo compartido a indagar sobre su propio desempeño profesional.

Personalmente, pienso que esos espacios de gestión del tiempo y de autorreflexión acerca de situaciones que producen cierto desajuste emocional y cognitivo y que afectan al desempeño profesional y personal las instituciones educativas no las generan de entrada. Este aspecto pasa a ser individual o grupal, en el mejor de los casos, pero que no se contemplan como espacios necesarios en ninguna de las etapas educativas. Son los profesores quienes tienen que hacerlo, si quieren, si pueden, si lo necesitan... Pero no es un derecho.

Siempre que le digo a la gente que me pregunta acerca de lo que investigo y le digo "sobre burnout" suele venir acompañado de "¿El qué?". Cuando les digo el término traducido, quemarse en el trabajo, la mayoría de las veces obtengo el mismo resultado: "Yo te podría hablar mucho sobre eso". Y no me sorprende. Aunque comúnmente se relacione el burnout con la intención de abandonar un trabajo, al menos lo que infiero, el concepto en sí incluye mucho más que querer abandonar un trabajo.

Desde mi experiencia como profesora y como alumna, y como persona, no estoy quemada durante mucho tiempo, por suerte para mi salud. Sino que más bien son periodos puntuales que me hacen estar más estresada de lo normal. No todos tenemos la misma tolerancia al estrés ni sabemos afrontarlo de la misma manera por lo que las estrategias que utilizamos parecen ser la clave dentro del propio proceso de estrés. Es cierto que no siempre funcionan las estrategias que utilizamos y necesitamos de otras, pero ¿Es la estrategia que utilizamos o somos nosotros mismos quienes cambiamos?

Un ejemplo, junio para los profesores es un mes caótico  y para los alumnos es algo parecido a una batalla de vida o muerte: si sales ileso,  no vas a estar "pringando" el verano estudiando pero si sales con magulladuras o te rompes algo, olvídate del verano. Sobre todo este hecho se acentúa en secundaria y en universidad (aunque en este último el estrés viene de antes). Por lo que si tú estás haciendo un máster, justamente el TFM que va de cómo los profesores desde primaria hasta universidad están quemados o no, dando clases particulares a chicos de secundaria y de universidad, que están sobrecargados y nerviosos por los exámenes, tu estrés aumenta. Aunque no lo demuestre.

Precisamente no mostrar mi estrés en ciertas ocasiones me ayuda. En las clases, ya sea como profesora o como alumna, normalmente me centro en el rol que debo cumplir, aunque no siempre lo consigo. Pero creo que de no hacerlo, mi estrés aumentaría. Puedo estar más o menos agobiada pero sé gestionarlo en función del rol que tenga. Puedo decidir no ir a una clase en la que tengo el rol de alumna, pero me cuesta decir que no cuando soy la profesora. En ese caso, hay más cuestiones de fondo porque no deja de ser un contexto de aula que diferencian la manera que tengo que ser profesora y de ser alumna, sobre todo porque siendo profesora asumo los dos roles más fácilmente que cuando soy alumna. 

Aprender sobre la gestión del estrés y del tiempo para mí son claves en cualquier profesión, sobre todo por las altas demandas del mercado laboral y por la velocidad a la que cambia. En mi caso, es algo que he ido aprendiendo con el tiempo y en base a mi experiencia porque es algo que no te enseñan a hacer ni a identificar, ni afrontar. Es como que se ha naturalizado y se asume que es así. O al menos yo lo percibo así.

Creo que hay un gran salto de Primaria a Secundaria y de la Secundaria a la Universidad que tiene que ver con desarrollar estrategias y habilidades para convertirse en apenas 6 años de un niño a un adulto, al menos tal y como está planteado el sistema actual. Pierde los derechos que tiene en la niñez para convertirse en adulto, como si ese proceso se pudiese medir, cuantificar y resumir en 6 años. En la universidad se asume que son adultos pero no creo que sistema que hay actualmente genere ese cambio en tan poco tiempo.

Puede generarse el cambio, o al menos iniciarse, en Secundaria si se ve más allá del currículo, más allá de los contenidos y la educación se centra en el verdadero protagonista: el alumnado. Muchas veces se hacen políticas por su bien pero sin contar con ellos. Y es algo que no puedo llegar a entender. 

Hay un concepto de Francesco Tonucci  (Frato) que me encanta, y es la capacidad de hacer una cuidad más fácil para los niños pero sin preguntarles. La cuidad de los niños sin los niños. Como lo de todo para el pueblo pero sin el pueblo. ¿Qué sentido tiene formar a los adultos  de las nuevas generaciones si no se atiende a las necesidades y demandas que presentan? ¿Qué sentido tiene aprender la teoría celular si no se desarrollan habilidades y estrategias que utilizamos a diario? ¿Cuál es la función de la escuela o de la institución educativa en su conjunto? ¿Que sepamos contenidos? ¿Que sepamos desarrollarnos de manera íntegra dentro y fuera de los centros? ¿Se puede aprender en otro sitio que no sea el centro educativo que corresponda?

Resultado de imagen de francesco tonucci


domingo, 10 de septiembre de 2017

El cambio de las diferencias

Llevo un tiempo pensando el título del post porque tengo varios temas pendientes sobre los que quiero escribir desde hace varias semanas y ahora que me he decidido a hacerlo no sé cuál me apetece más. 


Uno de ellos es el que más tiempo me va a llevar porque de entrada no sé cómo presentarlo ni cómo desarrollarlo. Sé el contenido, o creo que lo sé, pero no sé cómo estructurarlo. Lo he intentado estructurar muchas veces mentalmente pero no me convence ninguna. La idea de escribirlo sigue estando pero no he encontrado la forma en la que hacerlo. No quiero escribirlo de cualquier forma porque no es la primera vez que trabajo ese tema en el blog, aunque en este no lo explicité demasiado, y me he vuelto un tanto quisquillosa con el tema, con la manera de enfocar el tema. También porque cada vez tengo más información sobre el tema y mi manera de organizar dicha información varía y se distribuye de otra manera. 



Otro post sería continuar con el tema y el estilo de los anteriores por varios motivos: me siento cómoda con el formato porque se asemeja mucho al proceso que llevo a cabo cuando me pongo a escribir en el blog y porque, después de 5 años, he vuelto a retomar un tema que antes me llamaba la atención y creí que entendía en su momento pero que ahora estoy comprendiendo desde un punto de vista diferente y eso me permite notar cambios en mi propio proceso personal y profesional. 



El tercero en discordia es el que más me gusta porque he, hemos, disfrutado de todas y cada una de las clases que he, hemos, tenido este verano. Cada clase ha sido única, y lo seguirá siendo, y cada momento, cada situación hacen que la clase sea única. Lo que me hace vivir la clase con mucha intensidad y de muy diferente manera en función de muchos factores pero que disfruto. Han habido cambios de unas a otras pero por lo general han sido muy fructíferas por ambas partes.



Así que me he dado cuenta que los tres post tenían algo en común y que no iba a escribir sobre ninguno de ellos, al menos por el momento. 



En un principio no sabía si tenían en común las diferencias de los cambios o los cambios de las diferencias. ¿Qué va antes de qué: la diferencia o el cambio? ¿Notamos la diferencia porque hay un cambio? ¿Hay un cambio porque notamos una diferencia?



La semana pasada, en clase, me dijo el chico que las matemáticas las comprendía porque eran fáciles y yo le dije que eran fáciles porque las comprendía. Al principio se pensaba que le estaba vacilando pero se quedó pensativo y luego me miró. Una situación curiosa. 



Para mí, todavía es un trabalenguas sobre todo porque entiendo que si notamos la diferencia porque hay un cambio implica que el cambio es la causa de la diferencia pero si hay un cambio porque notamos una diferencia implica que la diferencia es la causa del cambio. O al menos eso he intentado transmitir. 



Justamente esta mañana estaba leyendo sobre "turning points" y por eso me ha llamado la atención cuando estaba en el dilema de sobre qué tema escribir. Supongo que una diferencia genera un cambio por lo que si algo cambia es como consecuencia de una diferencia, independientemente de que la identifiquemos o no. 



Las diferencias no siempre son intuitivas, manejables y fáciles de identificar sino que se deben a pequeños matices en los que hay que prestar especial atención a la manera de atender a los procesos que están generando esa diferencia. Son procesos muy sutiles que en el mejor de los casos se comunican verbalmente pero que no siempre se transmiten como se sienten. 



Percibimos en función de lo que estamos dispuestos a percibir.




sábado, 2 de septiembre de 2017

Desarrollando

...

...

Entonces, ¿aprender es un tipo de proceso o de desarrollo?

No son palabras opuestas. 

¿En qué quedamos?

Todo proceso necesita su propio desarrollo y todo desarrollo conlleva un proceso.

Ya estamos otra vez.

No es tan fácil diferenciarlos, al menos no para mí. 

Si no son opuestos ni son iguales, ¿qué son?

Distintas.

Vale, pero en qué

Deduzco que tiene que ver con los tipos de cambio que tienen lugar en cada uno de ellos porque para mí un proceso es más complejo y completo que un desarrollo.

Un desarrollo es más simple.

No tiene por qué.

Lo acabas de escribir. 

Me refería a que ... un proceso es un concepto más general. 

Joder, entonces es más simple.

No, es más específico.

¿Y no es lo mismo?

No.

Bueno, vale. Lo has escrito tú antes...

No, yo he escrito que un proceso es un concepto más general que se relacionan con varios conceptos, como transformar, desarrollar... Pero no que me refería a que esos conceptos fueran más simples que los procesos. Son más específicos y concretos. 

Así que un proceso es más simple que un desarrollo. 

No tiene por qué.

No te sigo.

¿Por qué los comparas?

Porque son distintos.

¿Y?

Estoy buscando la diferencia que hay, como tú no la sabes. 

Estoy en proceso de saberlo. No es que no lo sepa, sino que no sé expresarlo en palabras. Sé que hay una conexión (o varias) entre esos conceptos y creo que la clave está en los tipos de cambio.

Un desarrollo es un proceso.

No, un desarrollo es un tipo de proceso.

Un proceso es un desarrollo. 

Mmmm... No estoy segura... La respuesta sería la misma que antes.

No puede ser la misma respuesta.

Un proceso y un desarrollo son procesos.

Eso no puede ser.

Sí que puede ser, pero no como lo escribí.

Pero si...

Un proceso es... una secuencia...

¿De qué?

Mmm... una secuencia de cambios...

¿Qué cambios?

Hay muchos tipos de cambio según lo que varíe. Cuantitativos o cualitativos; aumentativos, disminutivos; desarrollativos, transformadores... Es que realmente no sé qué tipos de cambios hay.

Eso es algo que deberías saber.

Suma y sigue... 

Entonces un proceso es más abstracto. 

Es curioso porque es algo a lo que atiendo y con lo que trabajo pero nunca me había parado a pensar en lo que es. Sé lo que es pero no soy capaz de explicarlo. 

Como con el salmón.

Eso es, esa secuencia es un ejemplo de proceso aunque no estoy tan segura de que lo sea de desarrollo. Realmente sí que es un ejemplo de desarrollo porque el protagonista comienza a reflexionar sobre su situación y comienzan a verse procesos de acomodación y asimilación.

Sería un ejemplo de proceso y no de desarrollo. 

Es que normalmente asocio el desarrollo con capacidades, habilidades, destrezas y cambios positivos, o al menos que considero que lo son. Pero el concepto de desarrollo no es bueno ni malo, sino que es un proceso que genera aspectos que antes no estaban o la persona no las contemplaba. El hecho de que las considere negativas o positivas es independiente del proceso en sí. 

¿Y lo del boli?.

...

domingo, 13 de agosto de 2017

Daños colaterales

Si hubieses estudiado farmacia, todos seríamos más felices.

Tú no existirías.

Repito: si hubieses estudiado farmacia, todos seríamos más felices.

Y no quería estudiar farmacia, era química.

Me da igual, no tenía nada que ver con educación ni con procesos ni con desarrollos ni mierdas de esas.

Aunque me empezó a gustar la química y la farmacia cuando tuve que hacer un trabajo sobre patentes y nombres de fármacos.

Ya estamos otra vez...

Creo que la primera vez que cuento esto. Sé que con algunas historias soy muy insistente.

No, perdona. Insistente no es la palabra. Eres muy pesada.

Me gustó mucho hacer ese trabajo. Supongo que una de las ventajas de tener una clase de tres personas en 2º de Bachillerato en la asignatura de Química es que aprendes mucho más.

Y más aún si la mayoría de las clases estabas tú sola. 

También es otra ventaja. Y que mi profesora de Química hubiese estudiado Farmacia. Fíjate, en ese momento me planteé ser profesora de Química en un instituto. Pero me duró poco la idea de ser profesora de instituto.

Ironías de la vida. 

Realmente no soy profesora de secundaria.

¿Qué máster acabas de terminar?

Pero no lo hice como profesora de secundaria sino como orientadora. 

Y como tal tienes docencia...

Una parte del tiempo sí pero no todo. Además la química y la farmacia no tienen mucho que ver con ser orientadora.

Claro, claro. Lo dice aquí la que no para de hacer conexiones arbitrarias continuamente.

Arbitrarias tampoco son. 

Claro, claro. Y luego dejaste de ir a una clase durante 9 semanas en 3º de carrera porque la profesora hacía conexiones continuamente con la mitología. 

Y eso qué tiene que ver.

Además, das clases particulares a secundaria.

Y a primaria también.

Lo quieras reconocer o no eres profesora de secundaria.

No, soy profesora. Bueno, en realidad...

Ya estamos otra vez...

Me siento profesora pero no sé muy bien de qué. No me siento profesora de un área específica ni de una etapa educativa concreta ni siento que sea la misma profesora que hace un año.

De un área no porque no quisiste hacer ninguna mención concreta.

Porque considero que con 4 asignaturas de un cuatrimestre de duración no me puedo especializar en nada. Es un proceso que requiere de tiempo y espacio para desarrollar las habilidades necesarias para poder llegar a ser especialista en un área, si es que eso realmente existe.

Luego volvemos a eso.

¿A qué?

Tienes el título de profesora de Educación Primaria y en unos meses el de Orientadora.

¿Y?

Se supone que eres profesora de Primaria y orientadora.

Por esa regla de tres, soy la mejor hermana del mundo porque tengo un Óscar que lo dice.

¡Qué borde eres!

Para mí, un título no es más que un papel. El hecho de que alguien haya pasado por un proceso de formación, sea cual sea el tema en el que se ha formado, no implica que haya desarrollado las capacidades necesarias para poder realizar la tarea para la que se ha formado.

Luego vamos con eso.

¿Con qué?

¡Qué poquita paciencia tienes!

Te das cuenta ahora...

¿Y lo de profesora?

¿Qué pasa con eso?

Dices que no eres la misma que hace un año.

O al menos creo que no lo soy, y espero no serlo.

¿Qué tiene de malo ser la misma?

Todo y nada.

Ya estamos otra vez....

Para mí la docencia es un proceso en sí mismo. Si un profesor o un alumno salen igual que entran a una clase, es muy mala señal.

Vale. Llevas 5 años hablando de procesos y de desarrollo. Pero qué son.

¿Cómo que qué son?

Sí, queda muy bonito que todo es un proceso que necesita desarrollarse para que todo el mundo sea precioso y maravilloso pero qué son.

¿Qué es un proceso y qué es un desarrollo?

Sí.

Sé que no son lo mismo.

¿Por qué?

No lo sé.

¿Y cómo puedes saber que no son lo mismo si no sabes de entrada lo que son?

Ironías de la vida.

Entonces, ¿qué sentido tuvo para ti la asignatura de Psicología del DESARROLLO?

Mucha a nivel profesional y personal pero que yo recuerde no dimos ninguna definición explícita de desarrollo ni de proceso (perdón con antelación por si alguien se da por aludido/a ;) ).

O quizá no te acuerdes.

O quizá no me acuerde, pero tampoco me hizo falta tener una definición para saber lo que era, lo que hacía referencia o lo que significaba. 

¿Y no te dio por preguntar?

Se lo pregunté este año pero no me quiso responder.

Se lo preguntaste 4 años después.

Sí.

Tú a tu ritmo, Silvia.

En ese momento, no le di importancia.

Joder, el nombre lo dice todo: PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO.

Para mí solo era el nombre de la asignatura. 

Definiciones de proceso: 

1. m. Acción de ir hacia delante.
2. m. Transcurso del tiempo.
3. m. Conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno natural o de una  operación artificial.
4. m. Der. Conjunto de actos y trámites seguidos ante un juez o tribunal,  tendentes a dilucidar la justificación en derecho de una determinada  pretensión entre partes y que concluye por resolución motivada.
5. m. Der. causa criminal.

Definiciones de desarrollar (desarrollo):

1. tr. Aumentar o reforzar algo de orden físicointelectual o moralDesarrollar la musculaturala memoria. U. t. c. prnl.
2. tr. Exponer con orden y amplitud una cuestión o un tema.
3. tr. Realizar o llevar a cabo algoDesarrolló una importante labor.
4. tr. Mat. Efectuar las operaciones de cálculo indicadas en una expresiónanalítica.
5. tr. Mat. Hallar los diferentes términos que componen una función o unaserie.
6. tr. desus. desenrollar.
7. prnl. Sucederocurrir o tener lugar.
8. prnl. Dicho de una comunidad humanaProgresar o crecerespecialmente en el ámbito económicosocial o cultural.

¿Y qué quieres que haga con eso?

¿No decías que no sabías la definición de cada uno ni las diferencias? Pues ahí las tienes.

Esos son sólo unos significados que se asumen socialmente pero no estoy de acuerdo con todos ellos. 

¿Sabes más que un diccionario?

No he dicho eso, me refiero a que son conceptos tienen toda una tradición a sus espaldas y muchos matices y aportaciones que se han hecho y se van a hacer. No son conceptos estáticos. Ninguno lo es porque dependen de las interpretaciones a los que se encuentren sujetos quienes los utilicen. 

Vamos que es subjetivo.

Como todo.

¿Y para ti qué es?

Por ejemplo, un proceso es una serie de sucesos, pero no necesariamente positivos. Un retroceso también es un proceso al igual que un progreso.

¿Y desarrollo?

No es fácil definir el desarrollo pero creo que tiene que ver con los tipos de cambio que se producen en un proceso. Existen un tipo de cambios que son los desarrollativos  en los que se generan ciertos cambios un proceso. No sé cómo explicarlo.

Así llevas 4 semanas...

Es que no es lo mismo un proceso de desarrollo que el desarrollo de un proceso. 

¿Por qué?

No lo sé. Pero sé que no es lo mismo. 

¿Cómo lo sabes?

Para mí, un proceso es sinónimo de suceso y un desarrollo es sinónimo de generar/llegar a. Entonces no es lo mismo que un suceso genere algo  a que se genere un suceso. 

No te entiendo.

No es lo mismo desarrollar un proceso de aprendizaje que procesar el desarrollo del aprendizaje. No es lo mismo el proceso de aprender que desarrollar el aprendizaje. 

No me está quedando claro. 

Un proceso es un conjunto de sucesos en el que se pueden diferenciar distintos tipos de cambios.

Sí.

Entonces en función de los tipos de cambios que se lleven a cabo en el proceso se puede hablar de distintos tipos de procesos.

Sí. 

Por lo tanto, para mí el desarrollo es un tipo de proceso que se caracteriza por generar un tipo de cambio específico.

Pero no sabes qué tipo de cambio es.

Para mí esos cambios tienen una connotación positiva por el hecho de llegar a haber algo que antes no había.

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