Llevo un tiempo pensando el título del post porque tengo varios temas pendientes sobre los que quiero escribir desde hace varias semanas y ahora que me he decidido a hacerlo no sé cuál me apetece más.
Uno de ellos es el que más tiempo me va a llevar porque de entrada no sé cómo presentarlo ni cómo desarrollarlo. Sé el contenido, o creo que lo sé, pero no sé cómo estructurarlo. Lo he intentado estructurar muchas veces mentalmente pero no me convence ninguna. La idea de escribirlo sigue estando pero no he encontrado la forma en la que hacerlo. No quiero escribirlo de cualquier forma porque no es la primera vez que trabajo ese tema en el blog, aunque en este no lo explicité demasiado, y me he vuelto un tanto quisquillosa con el tema, con la manera de enfocar el tema. También porque cada vez tengo más información sobre el tema y mi manera de organizar dicha información varía y se distribuye de otra manera.
Otro post sería continuar con el tema y el estilo de los anteriores por varios motivos: me siento cómoda con el formato porque se asemeja mucho al proceso que llevo a cabo cuando me pongo a escribir en el blog y porque, después de 5 años, he vuelto a retomar un tema que antes me llamaba la atención y creí que entendía en su momento pero que ahora estoy comprendiendo desde un punto de vista diferente y eso me permite notar cambios en mi propio proceso personal y profesional.
El tercero en discordia es el que más me gusta porque he, hemos, disfrutado de todas y cada una de las clases que he, hemos, tenido este verano. Cada clase ha sido única, y lo seguirá siendo, y cada momento, cada situación hacen que la clase sea única. Lo que me hace vivir la clase con mucha intensidad y de muy diferente manera en función de muchos factores pero que disfruto. Han habido cambios de unas a otras pero por lo general han sido muy fructíferas por ambas partes.
Así que me he dado cuenta que los tres post tenían algo en común y que no iba a escribir sobre ninguno de ellos, al menos por el momento.
En un principio no sabía si tenían en común las diferencias de los cambios o los cambios de las diferencias. ¿Qué va antes de qué: la diferencia o el cambio? ¿Notamos la diferencia porque hay un cambio? ¿Hay un cambio porque notamos una diferencia?
La semana pasada, en clase, me dijo el chico que las matemáticas las comprendía porque eran fáciles y yo le dije que eran fáciles porque las comprendía. Al principio se pensaba que le estaba vacilando pero se quedó pensativo y luego me miró. Una situación curiosa.
Para mí, todavía es un trabalenguas sobre todo porque entiendo que si notamos la diferencia porque hay un cambio implica que el cambio es la causa de la diferencia pero si hay un cambio porque notamos una diferencia implica que la diferencia es la causa del cambio. O al menos eso he intentado transmitir.
Justamente esta mañana estaba leyendo sobre "turning points" y por eso me ha llamado la atención cuando estaba en el dilema de sobre qué tema escribir. Supongo que una diferencia genera un cambio por lo que si algo cambia es como consecuencia de una diferencia, independientemente de que la identifiquemos o no.
Las diferencias no siempre son intuitivas, manejables y fáciles de identificar sino que se deben a pequeños matices en los que hay que prestar especial atención a la manera de atender a los procesos que están generando esa diferencia. Son procesos muy sutiles que en el mejor de los casos se comunican verbalmente pero que no siempre se transmiten como se sienten.
Percibimos en función de lo que estamos dispuestos a percibir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario