jueves, 1 de diciembre de 2016

Tengo clase

Durante estas últimas semanas, me estoy cuestionando una serie de acciones, actitudes, aptitudes y comportamientos que antes hacía de manera automática o con relativa facilidad y poca capacidad, o tiempo,  de autocrítica y autorreflexión.

Tampoco participo tanto como quisiera en el blog y eso me impide pensar y reflexionar más sobre lo que hago a lo largo de la semana, aunque intento tomarme mis tiempos para escribir. Tengo muchos posts pendientes, que por el momento van a seguir dando vueltas en mi cabeza pero hay ciertas cuestiones que no quiero que pase demasiado tiempo, sobre todo porque me conozco y al final no lo escribo. 

Además, últimamente tengo la sensación de que quiero escribir sobre tantos temas que intento unificar varios en un mismo post y al final no lo planteo como quería, o no le presto la atención que quería.

Los últimos posts han ido un poco encaminados a esas cuestiones pero creo que no he llegado a poder concretar, explicitar, reflexionar y analizar lo que estaba haciendo en comparación con lo que pensaba o estaba pensando en ese momento. En parte porque estas dudas estaban en el aire y parecía que no llegaban a un sitio, divagaba pero no tenía claro el lugar al que llegaba o no estaba segura de haber seguido el camino correcto, si es que lo hay. 

Una de las preguntas que me rondaba la cabeza era cómo me sentía como profesora en comparación a cómo me siento como alumna. Si tenía sentido cuestionarme ciertos aspectos como mi manera de comportarme como una u otra en función de lo que desee en cada caso. Por ejemplo, cuando tengo clase CON alguien entiendo que tengo una relación diferente tanto con la clase en sí como con la otra persona, independiente de si soy profesora o alumna, que cuando tengo clase DE algo. 

Es una manera de posicionarme ante algo o alguien en función de cómo me siento yo en ese contexto o cómo me considera la otra persona que soy en ese contexto. Puede que sea una construcción mía el hecho de sentirme de una determinada manera ante una situación en la que el proceso de aprendizaje es compartido, o considero que es así. 

No sabía muy bien por qué me pasaba eso y me di cuenta que la mayoría de las veces me pasa cuando estaba en el rol de alumna y creo que es porque estoy muy acostumbrada a que las clases sean magistrales, a que el profesor es el que sabe y el alumno el que tiene que aprender, el aprendizaje es unidireccional y está jerarquizado. Como profesora también me ha pasado varias veces sin querer y muchas queriendo porque lo interpreto como una manera de no dejar de ser alumna aunque sea profesora y favorecer que me expliquen a mí ciertas cuestiones que quiero trabajar. 

Además, como alumna siempre intento tener en cuenta mis experiencias como profesora para conectar más con mis alumnos.Es extraño porque estoy en una clase en la que cumplo el rol de alumna y me planteo cuestiones sorbe mi rol como profesora sintiéndome como se sienten mis alumnos en las clases y planteándome situaciones en las que pueda mejorar mi rol como profesora. 

Así que me dio por pensar que como profesora no puedo dejar a un lado mi rol de alumna y como alumna no puedo dejar a un lado mi rol de profesora. Entonces pensé que si para mí tenía sentido habla de mis roles de alumna y profesora o si los entendía de manera diferente o aislada. Llegué a la conclusión de que no puedo ser alumna sin ser profesora y no puedo ser profesora sin ser alumna. Al menos no tal y como entiendo la docencia y el aprendizaje.


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