sábado, 31 de diciembre de 2016

La desertora

¿Tú por aquí? 

¿Por qué te resulta extraño que escriba en el blog?

Tú sabrás. ¿Cuándo fue la última vez que escribiste?

Ahora mismo estoy escribiendo pero supongo que no te refieres a eso, ¿no?

No. 

Mmm... Estas semanas estuve haciendo trabajos del máster.

No me refiero a eso tampoco. Sabes lo que quiero decir con eso.

Ah... es que no he tenido tiempo para escribir post sobre las asignaturas como me hubiera gustado, pero tengo unos cuantos posts pensados. 

Caliente, caliente.

Entre las clases particulares, las entrevistas, las transcripciones de las entrevistas, las clases del máster y las tareas de las asignaturas no tengo tiempo de escribir.

Sí que tienes tiempo pero no quieres escribir aquí. Y eso de las entrevistas, las transcripciones de las entrevistas y demás lo haces porque quieres, nadie te obliga. 

Yo sí. Es una parte importante para el TFM.

¿Y te preocupas por esa gilipollez? Pero si no has hecho nada de lo que tenías pensado hacer en estos 4 meses sobre la investigación. ¿Te has leído los artículos que te dijo que te leyeras hace ya 9 meses? ¿Has revisado tu querido TFG? ¿Has revisado las entrevistas que tienes?¿Has empezado a utilizar el programa de ese para analizar las entrevistas? No me hagas reír, no has hecho nada de lo que tenías pensado hacer. 

Quizá no he hecho todo lo que quería hacer pero he hecho cosas. 

Dime una cosa que hayas hecho.

Una entrevista y dos transcripciones. Y una comparación entre dos entrevistas que tenía hechas.

¿Y cuánto has tardado en hacer todo eso?

Unas 3 semanas.

Es verdad, discúlpeme señorita que ha "malgastado" su valioso tiempo en hacer lo que supone que es importante para usted. No has hecho ni un 10% de lo que tenías pensado pero has conseguido grandes avances en la investigación. Me pongo a sus pies.

Una pregunta.

O dos.

O las que me dé la gana.

Venga, pregunta.

¿Has dicho antes que sí tengo tiempo para escribir pero no quiero escribir aquí?

Claro que lo he dicho y sabes que es verdad.

¿En qué otro sitio he escrito?

En otro blog.

¿Y te enfadas por eso?

No me enfado.

Es verdad no estás enfadado, estás celoso.

¿Celoso yo? No me hagas reír.

O sea que es verdad. 

Qué voy a estar celoso yo de que escribas en otros blogs que no son el tuyo y que, por otra parte, no tenías que haber escritos esos dos posts.

Pero si antes no te ponías celoso cuando escribía en otros blogs. ¿Por qué ahora sí?

Y dale, que no estoy celoso. Simplemente me jode que escribas en otros blogs teniendo este. 

No me has contestado.

No quiero contestarte.

¿Es porque escribo poco últimamente?

Tú sabrás.

¿Es porque no te gusta cómo escribo?

Como últimamente no escribes no me acuerdo si escribes bien o mal.

¿Piensas que escribo mal aposta en este blog y bien en el otro?

Tampoco te las des de la Diosa de la escritura porque no lo eres. Pero seguro que sí lo haces.

Desde que empecé el máster escribí 18 post.

Si quitas las mierdas de  conversaciones introspectivas estas que hacemos y la de las clases de la niña te quedan la mitad.

¿Qué tienen de malo estas conversaciones?

¿Tienen algo bueno?

Para ti desde luego que no, pero para mí sí. 

¿El qué?

Reflexionar.

JAJAJA ¿En serio? Es una broma.

No, lo digo de verdad.

Pero si nunca sacamos nada en claro, solo discutimos. 

Reflexionamos. 

Creo que no estamos hablando de lo mismo. ¿A estas conversaciones que no sabemos de dónde salen ni hacia dónde van las llamas reflexiones?

Por eso precisamente son reflexiones. 

Si otra cosa no, pero hablar de cosas que no tienen nada que ver con lo que estás escribiendo se te da de miedo.

Gracias, supongo. Entonces, ¿quieres que siga escribiendo aquí, quieres que deje de escribir en otros sitios o qué quieres?

¿Ahora te importa lo que yo quiera?

No especialmente, pero me gusta tener una segunda opinión.

No me ha quedado claro pero bueno, yo te lo digo y como no me vas a hacer caso en lo que te diga al menos que te sirva para "reflexionar". Si tienes un blog, para qué coño escribes en otro. Si tan poco tiempo tienes, no escribas y céntrate en lo que tienes que hacer. Y no estoy celoso. 

Entonces no quieres que escriba.

Sí quiero que escribas pero donde debes escribir. 

No es donde debo, es donde tú quieras que escriba. 

¿Por qué lo creaste entonces?

Para escribir, pero eso no quita para que escriba en otros blogs.

HAZ LO QUE TE DÉ LA GANA.







jueves, 15 de diciembre de 2016

Desafíos diarios

Hace un par de meses encontré un juego para ordenador (Taptiles) que consiste en realizar parejas, algo parecido al Mah-Jong pero más dinámico. Es un juego entretenido, al menos a mí me lo parece y con el que es fácil engancharse. Y desengancharse también.

Tiene una opción de juego que es "Desafíos diarios" que contiene 5 juegos diferentes pero con el objetivo principal de hacer parejas para lograr otros objetivos secundarios. Cada mes puedes ser perfecto si completas todos los desafíos diarios. 

Al principio jugaba por diversión y por pasar el rato, pero llevo varios meses consiguiendo la perfección en el juego y mi objetivo de jugar ha cambiado. Cuando quiero jugar juego en otras opciones del juego pero los desafíos los hago todos los días. Incluso si no lo haces un día, puedes volver a retomar y hacer los desafíos siempre y cuando no haya cambiado el mes. Motivo por el que inicialmente me hice perfecta y me enganché al juego.

El caso es que esta mañana he repetido muchas veces uno de los desafíos porque no conseguía pasármelo. Sé que lo intenté más de 20 veces, o al menos se me hizo muy largo hasta que lo conseguí. No era la primera vez que lo hacía pero era la primera vez que me costaba tanto lograr el desafío. 

Me sentía muy frustrada por no lograrlo las primeras veces, de hecho cerré varias veces el juego por si servia de algo pero no. Conforme iba perdiendo me iba enfadando conmigo misma y eso me hacía que me sintiera cada vez peor. Pero cuando lo conseguí, después de muchas muchas muchas veces, pensé que no era tan complicado.  Y una parte de mí dijo "Por eso te has tirado más de una hora y media con el mismo desafío". Y es verdad.

Cuando una parte de mí me dijo eso, me recordó  a una sesión de hace un par de semanas de PPS. No estoy muy de acuerdo con esto porque creo que es generalizar mucho, pero se supone que las culturas más individualistas tienden a dar más importancia a los logros y las más colectivistas a los errores. 

Así que supongo que estoy en un término medio, al menos la situación que he vivido con ese desafío en concreto, porque conforme me equivocaba prestaba atención a los errores que estaba cometiendo a la hora de resolver el desafío pero cuando lo logré fue una satisfacción de haber conseguido pasarme el minijuego. Si no me hubiera costado tanto conseguir el desafío, no le hubiera dado tanta importancia como se la di. 

De hecho, de los 5 desafíos de hoy el que más me costó sí que lo consideré realmente un desafío y los otros no porque no me costaron tanto. Posiblemente me costaron pero no tanto como el otro. Sobre todo al principio me costaba lograr algunos desafíos pero hacía tiempo que no sentía esa sensación de frustración y quizá eso hizo que le diera la importancia que le estoy dando.

Hay otro juego con el que también me pasó (Monument Valley) pero este es más corto. Me resultó más estimulante que el anterior porque está basado en las estructuras imposibles de Escher.



Mientras me estaba frustrando antes, me acordé de lo que estuvimos haciendo ayer en OAP. Sobre todo de cómo nos influye la manera en la que obtenemos los resultados deseados o no y cómo gestionamos las emociones que surgen a raíz de esos feedback que recibimos constantemente a la hora de afrontar o entender lo que aprendemos y cómo lo estamos haciendo.

Supongo que ese es el puente entre el módulo 1 y el 2 de ADP: no sólo hay que tener en cuenta que hay diferentes formas de enseñar, y como consecuencia de aprender (y viceversa porque para mí no se pueden dar el uno sin el otro), sino que el momento evolutivo en el que se encuentra quien aprende o quien enseña condiciona el propio proceso de enseñanza-aprendizaje. Las demandas que puedes tener como profesor no son las mismas que tienes cuando eres alumno, aunque estés en la misma clase, de ahí que el concepto de enseñanza y el de aprendizaje estén tan relacionados y varíen en función del contexto en el que tienen lugar.

El martes, preparando la clase de repaso del viernes, encontré un recurso con actividades de geometría plana y espacial. Doy clases de Matemáticas a varios compañeros de la universidad y a mi niña que está en 2º de la ESO. Curiosamente están dando el mismo tema, no entiendo por qué pero bueno (se supone que en magisterio de Primaria la geometría espacial no entra y es muy discutible si la plana también; y como un profesor sin un libro no sabe qué hacer, la geometría espacial y plana parece que no son tan relevantes como las operaciones básicas, pero ese es otro tema que no viene al caso). A lo que iba es que encontré y generador de problemas de geometría espacial y plana que me gustó mucho, sobre todo a la hora de practicar. 

No estoy de acuerdo con mandar deberes porque sí, quiero decir, entiendo que una parte importante de aprender es practicar lo que aprendes porque te sirve para saber si se está aprendiendo o no.  Con mi niña siempre tenemos el mismo debate, la diferencia entre hacer y comprender. Intento que no haga algo si no lo comprende porque sino memoriza y no aprende,  al menos para mí memorizar no implica aprendizaje porque entiendo que tiene un sentido de continuidad a lo largo del tiempo. Hay mucha gente que se aprendió de memoria las tablas de multiplicar y no sabe dividir. Pero me he vuelto a ir del tema.

El caso es que el recurso que encontré y los "deberes" que mando, si es que mando, no los mando porque sí, para que se entretengan. He visto una cantidad increíble de actividades online que no van más allá de las actividades típicas que se puede hacer en clase. Y profesores que te dan los resultados de los problemas y luego no te puntúan si tienen la solución correcta o no, sino que se centran en el proceso (cuando les interesa). 

De hecho, creo que soy muy insistente con los procesos y no tanto con los resultados porque creo que la clave de aprender es el camino que recorres y no hasta dónde llegas. Si piensas así, hay muchos que se van a quedar por el camino y generas una serie de actitudes y concepciones de sí mismos que luego es muy difícil de cambiar. Es más importante el cómo que el hasta dónde. 

Todos aprendemos pero no de la misma forma ni en el mismo tiempo ni estamos al mismo nivel. 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

¿Quién es quién?

Ya no te acuerdas de mi...

Ojalá fuera tan fácil...

Tú tampoco eres fácil de llevar.

Mira, algo tenemos en común.

Pero lo tuyo es peor.

Como no podía ser de otra forma.

Últimamente no hablamos mucho.

Hablar hablar nunca hemos hablado.

Sabes a lo que me refiero... Tampoco has hecho tú por empezar una conversación.

Una conversación es cosa de dos o más.

En nuestro caso no sé si se cumple. 

A ti hay que sacarte las palabras con sacacorchos.

No siempre. Contigo sí.

¿Tengo yo la culpa?

Eso lo has dicho tú, sólo me refiero a que no soy mucho de hablar. Y tú tampoco.

Para picarte sí que hablo.

Y se te da muy bien, tengo que reconocerlo.

Pero si nunca te he gustado... Siempre me contestas mal.

Te contesto como me preguntas y si te contesto es porque me importas. Si no me importaras no estaría hablando contigo.

Y si no me gustara fastidiarte no lo haría. Aunque reconozco que soy buena en eso.

¿Te importo?

¿A dónde quieres ir?

.... Eres insoportable. ¿No puedes tener una conversación normal?

¿Qué tiene que tener una conversación para se normal?

Por lo que veo, no estar tú.

Miss simpatía 2016.

¿Ahora tengo yo la culpa?

No, la tengo yo. 

¿No me vas a preguntar nada más?

¿Para qué? ¿Para quedar como la mala de la película?

Creo que ya es demasiado tarde para eso. No es una guerra a ver quien de las dos es peor, no te lo tomes como una competición. Al fin y al cabo yo no soy nada sin ti y tú no eres nada sin mí.

Pero sigo siendo mejor que tú.



jueves, 1 de diciembre de 2016

Tengo clase

Durante estas últimas semanas, me estoy cuestionando una serie de acciones, actitudes, aptitudes y comportamientos que antes hacía de manera automática o con relativa facilidad y poca capacidad, o tiempo,  de autocrítica y autorreflexión.

Tampoco participo tanto como quisiera en el blog y eso me impide pensar y reflexionar más sobre lo que hago a lo largo de la semana, aunque intento tomarme mis tiempos para escribir. Tengo muchos posts pendientes, que por el momento van a seguir dando vueltas en mi cabeza pero hay ciertas cuestiones que no quiero que pase demasiado tiempo, sobre todo porque me conozco y al final no lo escribo. 

Además, últimamente tengo la sensación de que quiero escribir sobre tantos temas que intento unificar varios en un mismo post y al final no lo planteo como quería, o no le presto la atención que quería.

Los últimos posts han ido un poco encaminados a esas cuestiones pero creo que no he llegado a poder concretar, explicitar, reflexionar y analizar lo que estaba haciendo en comparación con lo que pensaba o estaba pensando en ese momento. En parte porque estas dudas estaban en el aire y parecía que no llegaban a un sitio, divagaba pero no tenía claro el lugar al que llegaba o no estaba segura de haber seguido el camino correcto, si es que lo hay. 

Una de las preguntas que me rondaba la cabeza era cómo me sentía como profesora en comparación a cómo me siento como alumna. Si tenía sentido cuestionarme ciertos aspectos como mi manera de comportarme como una u otra en función de lo que desee en cada caso. Por ejemplo, cuando tengo clase CON alguien entiendo que tengo una relación diferente tanto con la clase en sí como con la otra persona, independiente de si soy profesora o alumna, que cuando tengo clase DE algo. 

Es una manera de posicionarme ante algo o alguien en función de cómo me siento yo en ese contexto o cómo me considera la otra persona que soy en ese contexto. Puede que sea una construcción mía el hecho de sentirme de una determinada manera ante una situación en la que el proceso de aprendizaje es compartido, o considero que es así. 

No sabía muy bien por qué me pasaba eso y me di cuenta que la mayoría de las veces me pasa cuando estaba en el rol de alumna y creo que es porque estoy muy acostumbrada a que las clases sean magistrales, a que el profesor es el que sabe y el alumno el que tiene que aprender, el aprendizaje es unidireccional y está jerarquizado. Como profesora también me ha pasado varias veces sin querer y muchas queriendo porque lo interpreto como una manera de no dejar de ser alumna aunque sea profesora y favorecer que me expliquen a mí ciertas cuestiones que quiero trabajar. 

Además, como alumna siempre intento tener en cuenta mis experiencias como profesora para conectar más con mis alumnos.Es extraño porque estoy en una clase en la que cumplo el rol de alumna y me planteo cuestiones sorbe mi rol como profesora sintiéndome como se sienten mis alumnos en las clases y planteándome situaciones en las que pueda mejorar mi rol como profesora. 

Así que me dio por pensar que como profesora no puedo dejar a un lado mi rol de alumna y como alumna no puedo dejar a un lado mi rol de profesora. Entonces pensé que si para mí tenía sentido habla de mis roles de alumna y profesora o si los entendía de manera diferente o aislada. Llegué a la conclusión de que no puedo ser alumna sin ser profesora y no puedo ser profesora sin ser alumna. Al menos no tal y como entiendo la docencia y el aprendizaje.