jueves, 1 de septiembre de 2016

Aprendizaje: estableciendo conexiones




Hace unas semanas se me terminaron las vacaciones y, aunque en teoría sigo de vacaciones, llevo unas semanas muy activa mentalmente en lo que va a pasar en este curso. De pensarlo tengo la misma pereza que ganas. 

El otro día me dijo la niña a la que doy clases que no quería ir al instituto. Me sorprendí porque aún le quedaban casi 5 semanas para empezar así que le dije que disfrutara las semanas que le quedaban y luego empezaríamos poco a poco. 

Pero lo cierto es que me sentí en parte como ella, aunque no por los mismos motivos, y por otra parte me dieron ganas de empezar porque creo que este año, o al menos lo espero, voy a poder entender la docencia desde un punto de vista diferente al que estoy acostumbrada por la carrera. 

Durante estos 4 años pasados, he escrito mucho, más de lo que creía, y eso me ha ayudado a empezar a ser consciente de cuál era mi postura a la hora de ser profesora, sin siquiera saber si eso tenia sentido o no. No es un contenido explícito en ninguna asignatura en concreto pero creo que debería serlo. 

Cuando estaba en las clases de la universidad, y empezaba a sensibilizarme en aspectos que no tiene que ver con contenidos propios de ninguna asignatura sino en aspectos centrados en la postura del profesor, supe que eso me gustaba más que los contenidos en sí, o al menos esos aspectos de los que no se hablan de manera específica.

Esa postura tuvo sus consecuencias positivas aunque no mi comportamiento no siempre lo apoyara. Como estudiante, no llegaba a entender ciertas actitudes tanto por parte de los profesores como por parte de los alumnos basadas en que unos tiraban piedras a los otros. Pero es cierto que sólo era una interpretación de lo que pasaba, una interpretación de la realidad en la que cada uno no era capaz de ver la postura del otro. 

No tiene sentido buscar culpables cuando la respuesta es "Y tú más". Así estamos como estamos. Creo que es importante que alumnos y profesores hablen, se comuniquen y dialoguen pero sé que eso no es una práctica muy extendida, más allá de los conflictos que haya en el aula. El problema es que sólo existe comunicación cuando hay un problema. Y tampoco es que se les enseñe a solucionar problemas...

Revisando los post del blog anterior me di cuenta de que no había sido honesta y coherente conmigo misma en ese momento, pero no fui consciente de ello. Aunque eso es lo que pienso ahora y supongo que unos años pensaré de manera diferente  sobre esos mismos problemas. En eso consiste aprender, ¿no?


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