martes, 19 de julio de 2016

Objetividad

Uno de los motivos por los que me encanta la docencia es la subjetividad. En realidad todo está sujeto a ella. Nada existe si no hay alguien que le dé sentido subjetivo. Para cada uno de nosotros dicho sentido es individual, único y exclusivo, pero no por ello generalizado, inmutable y excluyente.

Ayer, vi una noticia que decía algo así como que la mitad de los españoles tenían prejuicios ante la gente gitana y musulmana. Estadísticamente, claro. Después de leerlo varias veces, y siendo consciente de que a mí no me habían preguntado, pensé " Si no saben lo que pienso, ¿cómo me han incluido o excluido?" Sigo dándole vueltas y sigo sin encontrarme.

No era la primera vez que no tenía muy clara la validez de algo que estaba leyendo. Antes me limitaba a dejar de leer lo que estaba leyendo y si era algo que tenía que entregar, lo leía pro encima y hacía un resumen. Pero estos últimos meses me he dado cuenta que no sirve de nada calificar algo si no lo evalúas.

El hecho de que varia gente piense de la "misma"manera no convierte ese algo en objetivo. Y mira que es raro que se piense de la "misma" manera. Es como pretender educar a todos de la misma manera. Aunque haya alguno que se esfuerce por hacerlo, es imposible. Ni los que reciben la clase son iguales como tampoco lo es quién la imparte. 

Considero que hay cuestiones en las que deberíamos ponernos de acuerdo pero no lo hacemos y otras que son menos importantes sí que lo hacemos... Pero eso es lo que pienso yo que no es ni bueno ni malo, ni válido ni inválido, ni positivo ni negativo, ni mejor ni peor...

Reconozco que muchas veces he intentado imitar algunas dinámicas que he recibido como alumna en las prácticas o en las clases particulares. Pero el resultado no fue bueno, no me salió como "original". Y me alegro. Me alegro de no ser igual que mis profesores, eso no quita que no me han influido en mi manera de entender la docencia, la relación alumno-profesor y la metodología. Me alegra porque no soy ellos y ellos no van a estar cuando yo dé clases, al menos físicamente. 

Como docente creo que tengo una serie de características que debo limar. Me considero seria a la hora de explicar, en realidad soy seria de por sí, pero no soy tajante, ni estática. Creo que parte de esa limitación reside en que estoy acostumbrada a dar clases particulares y, salvo alguna actividad que llevo preparada, las dudas que van saliendo día a día son esporádicas, lo que requiere cierta implicación por mi parte a la hora de entender, procesar y analizar las dudas y conectarlo primero con si lo sé, segundo con cómo lo he sabido y tercero si tengo experiencia previa como profesora ante esas dudas.

Así, por ejemplo, el verano pasado di clases a un chico de 1º de la ESO que tenía problemas a la hora de operar con las ecuaciones. El problema no era que no entendiera las ecuaciones , sino que no era capaz de entender las operaciones básicas de los números enteros. Por lo tanto, este año con mi niña, una alumna que llevo año y medio dándola clases particulares, hice más hincapié en eso cuando tocó ese tema. 

Pero si hay algo que me gusta cuando soy docente son las salidas de guion que me permito. Soy seria cuando tengo que serlo, pero cuando veo que sobra un poco de tiempo o cuando puedo aportar algo interesante, cuento cosas graciosas o curiosas que no siempre se cuentan a los niños. El otro día, repasando el aparato digestivo a un niño de 5º de Primaria, me acordé de la última vez que di ese tema en el instituto y hubo una cosa que me encantó porque era muy curiosa. El caso es que le pregunté: "¿Sabes por qué la mierda huele mal?" (Con perdón, pero esa fue la pregunta literal). Por la cara que puso el niño, no era la pregunta que él se esperaba. Me miró y se rió y me dijo  "Pues no". Fue una situación bastante graciosa primero porque no pensé que esa pregunta iba a generar esa respuesta y segundo porque el niño se interesó por saberlo. 

Lo mejor de todo es que cada vez que hago un comentario se sonríe, esperando a que diga algo por el estilo. Hay veces que tendría que pensarme las cosas antes de decirlas. 



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