sábado, 23 de septiembre de 2017

Gestionando la gestión del tiempo

Hace tiempo que quiero escribir sobre el tema que llevamos investigando 3 años como parte de mi formación transversal. Comenzamos en el 2014-2015 y en los cursos sucesivos ha ido cobrando mayor interés e importancia dentro de mi propio desempeño profesional.

Es cierto que en un principio no me gustó el tema porque lo entendía como el aspecto negativo de ser profesora o las consecuencias negativas que podría tener la profesión. Además, las lecturas eran en inglés con lo que el tiempo que tenía que destinar a eso era mayor. De hecho, leí tres lecturas básicas y con eso me fui defendiendo el primer año de beca.

Este primer año lo recuerdo muy difuso porque apenas tenía tiempo para dedicarle estando en la universidad la mayor parte del tiempo en 3º de carrera y combinándolo con las clases particulares. No lo prioricé demasiado porque sentía que en ese momento debía priorizar otras cosas más importantes.

El año siguiente aproveché mejor el tiempo que tenía, sobre todo porque las clases de la universidad terminaron en diciembre y tenía el resto del curso por delante para destinarlo a las prácticas y el trabajo que ese periodo me obligaba, a seguir leyendo sobre el tema y continuar con las clases particulares.

Además, ese año fue importante porque terminaba la carrera y mi TFG consistía en  una revisión teórica de lo que había estado leyendo y haciendo esos meses. Hacer hacer, no hice mucho en los dos primeros años, más allá de entrevistas que luego analizába(mos) buscando los temas que aparecían. 

Desde la primera entrevista, hace como 3 años, a la última, hace unos meses, el guion de las preguntas que hicimos inicialmente no ha variado demasiado. Se han ido añadiendo algunas dependiendo de lo que haya dado de sí la entrevista, pero no es lo que más ha cambiado. En las primeras entrevistas, dependía de las preguntas y me limitaba a leerlas. El motivo principal era que estaba entrevistando a profesores míos y seguía teniendo una concepción tradicional de los roles de profesor y alumno, recuerdo que me costaba hacer ciertas preguntas que van más allá de la labor de los docentes dentro de una clase porque yo seguía asumiendo mi rol de alumna. Me resultaba interesante lo que me comentaban en la entrevista porque lo iba conectando con lo que leía e incluso hacía inferencias nuevas, pero no llegaba a disfrutarlas ni indagar lo suficiente acerca de los temas que iban surgiendo.

Creo que me pasaba por miedo a no tratar todos los temas. Prefería trabajarlos superficialmente a dejar alguno. Además las entrevistas no eran al azar, por lo que los profesores tenían cierta predisposición a hablar sobre el tema, o al menos deberían. Y eso me ayudaba o no en función de lo que quisieran hablar e implicare en la entrevista, es decir, en el significado que tenía para ellos destinar un tiempo compartido a indagar sobre su propio desempeño profesional.

Personalmente, pienso que esos espacios de gestión del tiempo y de autorreflexión acerca de situaciones que producen cierto desajuste emocional y cognitivo y que afectan al desempeño profesional y personal las instituciones educativas no las generan de entrada. Este aspecto pasa a ser individual o grupal, en el mejor de los casos, pero que no se contemplan como espacios necesarios en ninguna de las etapas educativas. Son los profesores quienes tienen que hacerlo, si quieren, si pueden, si lo necesitan... Pero no es un derecho.

Siempre que le digo a la gente que me pregunta acerca de lo que investigo y le digo "sobre burnout" suele venir acompañado de "¿El qué?". Cuando les digo el término traducido, quemarse en el trabajo, la mayoría de las veces obtengo el mismo resultado: "Yo te podría hablar mucho sobre eso". Y no me sorprende. Aunque comúnmente se relacione el burnout con la intención de abandonar un trabajo, al menos lo que infiero, el concepto en sí incluye mucho más que querer abandonar un trabajo.

Desde mi experiencia como profesora y como alumna, y como persona, no estoy quemada durante mucho tiempo, por suerte para mi salud. Sino que más bien son periodos puntuales que me hacen estar más estresada de lo normal. No todos tenemos la misma tolerancia al estrés ni sabemos afrontarlo de la misma manera por lo que las estrategias que utilizamos parecen ser la clave dentro del propio proceso de estrés. Es cierto que no siempre funcionan las estrategias que utilizamos y necesitamos de otras, pero ¿Es la estrategia que utilizamos o somos nosotros mismos quienes cambiamos?

Un ejemplo, junio para los profesores es un mes caótico  y para los alumnos es algo parecido a una batalla de vida o muerte: si sales ileso,  no vas a estar "pringando" el verano estudiando pero si sales con magulladuras o te rompes algo, olvídate del verano. Sobre todo este hecho se acentúa en secundaria y en universidad (aunque en este último el estrés viene de antes). Por lo que si tú estás haciendo un máster, justamente el TFM que va de cómo los profesores desde primaria hasta universidad están quemados o no, dando clases particulares a chicos de secundaria y de universidad, que están sobrecargados y nerviosos por los exámenes, tu estrés aumenta. Aunque no lo demuestre.

Precisamente no mostrar mi estrés en ciertas ocasiones me ayuda. En las clases, ya sea como profesora o como alumna, normalmente me centro en el rol que debo cumplir, aunque no siempre lo consigo. Pero creo que de no hacerlo, mi estrés aumentaría. Puedo estar más o menos agobiada pero sé gestionarlo en función del rol que tenga. Puedo decidir no ir a una clase en la que tengo el rol de alumna, pero me cuesta decir que no cuando soy la profesora. En ese caso, hay más cuestiones de fondo porque no deja de ser un contexto de aula que diferencian la manera que tengo que ser profesora y de ser alumna, sobre todo porque siendo profesora asumo los dos roles más fácilmente que cuando soy alumna. 

Aprender sobre la gestión del estrés y del tiempo para mí son claves en cualquier profesión, sobre todo por las altas demandas del mercado laboral y por la velocidad a la que cambia. En mi caso, es algo que he ido aprendiendo con el tiempo y en base a mi experiencia porque es algo que no te enseñan a hacer ni a identificar, ni afrontar. Es como que se ha naturalizado y se asume que es así. O al menos yo lo percibo así.

Creo que hay un gran salto de Primaria a Secundaria y de la Secundaria a la Universidad que tiene que ver con desarrollar estrategias y habilidades para convertirse en apenas 6 años de un niño a un adulto, al menos tal y como está planteado el sistema actual. Pierde los derechos que tiene en la niñez para convertirse en adulto, como si ese proceso se pudiese medir, cuantificar y resumir en 6 años. En la universidad se asume que son adultos pero no creo que sistema que hay actualmente genere ese cambio en tan poco tiempo.

Puede generarse el cambio, o al menos iniciarse, en Secundaria si se ve más allá del currículo, más allá de los contenidos y la educación se centra en el verdadero protagonista: el alumnado. Muchas veces se hacen políticas por su bien pero sin contar con ellos. Y es algo que no puedo llegar a entender. 

Hay un concepto de Francesco Tonucci  (Frato) que me encanta, y es la capacidad de hacer una cuidad más fácil para los niños pero sin preguntarles. La cuidad de los niños sin los niños. Como lo de todo para el pueblo pero sin el pueblo. ¿Qué sentido tiene formar a los adultos  de las nuevas generaciones si no se atiende a las necesidades y demandas que presentan? ¿Qué sentido tiene aprender la teoría celular si no se desarrollan habilidades y estrategias que utilizamos a diario? ¿Cuál es la función de la escuela o de la institución educativa en su conjunto? ¿Que sepamos contenidos? ¿Que sepamos desarrollarnos de manera íntegra dentro y fuera de los centros? ¿Se puede aprender en otro sitio que no sea el centro educativo que corresponda?

Resultado de imagen de francesco tonucci


domingo, 10 de septiembre de 2017

El cambio de las diferencias

Llevo un tiempo pensando el título del post porque tengo varios temas pendientes sobre los que quiero escribir desde hace varias semanas y ahora que me he decidido a hacerlo no sé cuál me apetece más. 


Uno de ellos es el que más tiempo me va a llevar porque de entrada no sé cómo presentarlo ni cómo desarrollarlo. Sé el contenido, o creo que lo sé, pero no sé cómo estructurarlo. Lo he intentado estructurar muchas veces mentalmente pero no me convence ninguna. La idea de escribirlo sigue estando pero no he encontrado la forma en la que hacerlo. No quiero escribirlo de cualquier forma porque no es la primera vez que trabajo ese tema en el blog, aunque en este no lo explicité demasiado, y me he vuelto un tanto quisquillosa con el tema, con la manera de enfocar el tema. También porque cada vez tengo más información sobre el tema y mi manera de organizar dicha información varía y se distribuye de otra manera. 



Otro post sería continuar con el tema y el estilo de los anteriores por varios motivos: me siento cómoda con el formato porque se asemeja mucho al proceso que llevo a cabo cuando me pongo a escribir en el blog y porque, después de 5 años, he vuelto a retomar un tema que antes me llamaba la atención y creí que entendía en su momento pero que ahora estoy comprendiendo desde un punto de vista diferente y eso me permite notar cambios en mi propio proceso personal y profesional. 



El tercero en discordia es el que más me gusta porque he, hemos, disfrutado de todas y cada una de las clases que he, hemos, tenido este verano. Cada clase ha sido única, y lo seguirá siendo, y cada momento, cada situación hacen que la clase sea única. Lo que me hace vivir la clase con mucha intensidad y de muy diferente manera en función de muchos factores pero que disfruto. Han habido cambios de unas a otras pero por lo general han sido muy fructíferas por ambas partes.



Así que me he dado cuenta que los tres post tenían algo en común y que no iba a escribir sobre ninguno de ellos, al menos por el momento. 



En un principio no sabía si tenían en común las diferencias de los cambios o los cambios de las diferencias. ¿Qué va antes de qué: la diferencia o el cambio? ¿Notamos la diferencia porque hay un cambio? ¿Hay un cambio porque notamos una diferencia?



La semana pasada, en clase, me dijo el chico que las matemáticas las comprendía porque eran fáciles y yo le dije que eran fáciles porque las comprendía. Al principio se pensaba que le estaba vacilando pero se quedó pensativo y luego me miró. Una situación curiosa. 



Para mí, todavía es un trabalenguas sobre todo porque entiendo que si notamos la diferencia porque hay un cambio implica que el cambio es la causa de la diferencia pero si hay un cambio porque notamos una diferencia implica que la diferencia es la causa del cambio. O al menos eso he intentado transmitir. 



Justamente esta mañana estaba leyendo sobre "turning points" y por eso me ha llamado la atención cuando estaba en el dilema de sobre qué tema escribir. Supongo que una diferencia genera un cambio por lo que si algo cambia es como consecuencia de una diferencia, independientemente de que la identifiquemos o no. 



Las diferencias no siempre son intuitivas, manejables y fáciles de identificar sino que se deben a pequeños matices en los que hay que prestar especial atención a la manera de atender a los procesos que están generando esa diferencia. Son procesos muy sutiles que en el mejor de los casos se comunican verbalmente pero que no siempre se transmiten como se sienten. 



Percibimos en función de lo que estamos dispuestos a percibir.




sábado, 2 de septiembre de 2017

Desarrollando

...

...

Entonces, ¿aprender es un tipo de proceso o de desarrollo?

No son palabras opuestas. 

¿En qué quedamos?

Todo proceso necesita su propio desarrollo y todo desarrollo conlleva un proceso.

Ya estamos otra vez.

No es tan fácil diferenciarlos, al menos no para mí. 

Si no son opuestos ni son iguales, ¿qué son?

Distintas.

Vale, pero en qué

Deduzco que tiene que ver con los tipos de cambio que tienen lugar en cada uno de ellos porque para mí un proceso es más complejo y completo que un desarrollo.

Un desarrollo es más simple.

No tiene por qué.

Lo acabas de escribir. 

Me refería a que ... un proceso es un concepto más general. 

Joder, entonces es más simple.

No, es más específico.

¿Y no es lo mismo?

No.

Bueno, vale. Lo has escrito tú antes...

No, yo he escrito que un proceso es un concepto más general que se relacionan con varios conceptos, como transformar, desarrollar... Pero no que me refería a que esos conceptos fueran más simples que los procesos. Son más específicos y concretos. 

Así que un proceso es más simple que un desarrollo. 

No tiene por qué.

No te sigo.

¿Por qué los comparas?

Porque son distintos.

¿Y?

Estoy buscando la diferencia que hay, como tú no la sabes. 

Estoy en proceso de saberlo. No es que no lo sepa, sino que no sé expresarlo en palabras. Sé que hay una conexión (o varias) entre esos conceptos y creo que la clave está en los tipos de cambio.

Un desarrollo es un proceso.

No, un desarrollo es un tipo de proceso.

Un proceso es un desarrollo. 

Mmmm... No estoy segura... La respuesta sería la misma que antes.

No puede ser la misma respuesta.

Un proceso y un desarrollo son procesos.

Eso no puede ser.

Sí que puede ser, pero no como lo escribí.

Pero si...

Un proceso es... una secuencia...

¿De qué?

Mmm... una secuencia de cambios...

¿Qué cambios?

Hay muchos tipos de cambio según lo que varíe. Cuantitativos o cualitativos; aumentativos, disminutivos; desarrollativos, transformadores... Es que realmente no sé qué tipos de cambios hay.

Eso es algo que deberías saber.

Suma y sigue... 

Entonces un proceso es más abstracto. 

Es curioso porque es algo a lo que atiendo y con lo que trabajo pero nunca me había parado a pensar en lo que es. Sé lo que es pero no soy capaz de explicarlo. 

Como con el salmón.

Eso es, esa secuencia es un ejemplo de proceso aunque no estoy tan segura de que lo sea de desarrollo. Realmente sí que es un ejemplo de desarrollo porque el protagonista comienza a reflexionar sobre su situación y comienzan a verse procesos de acomodación y asimilación.

Sería un ejemplo de proceso y no de desarrollo. 

Es que normalmente asocio el desarrollo con capacidades, habilidades, destrezas y cambios positivos, o al menos que considero que lo son. Pero el concepto de desarrollo no es bueno ni malo, sino que es un proceso que genera aspectos que antes no estaban o la persona no las contemplaba. El hecho de que las considere negativas o positivas es independiente del proceso en sí. 

¿Y lo del boli?.

...